martes, 30 de octubre de 2012

El aumento de pateras coincide con la negociación pesquera con Marruecos


La reapertura de la ruta del Estrecho de la inmigración ilegal se ha confirmado en los últimos días, tras el trágico accidente de una patera en el Mar de Alborán: si en todo el año habían llegado a la costa de Tarifa 838 personas, sólo en octubre han sido 318 y en dos jornadas, sábado y domingo pasados, se llegaron a interceptar once zódiacs, con 66 personas a bordo, además de otras dos que no llegaron a salir de Tánger.
Durante todo el fin de semana, Salvamento Marítimo desplegó un amplio dispositivo por el Estrecho para localizar las pateras, tras recibir llamadas telefónicas por móvil de los propios inmigrantes, en las que solicitaban auxilio. En la búsqueda participaron los barcos 'Salvamar Alkaid', 'Salvamar Gadir' y 'Salvamar Duhbe', con base en Tarifa, Ceuta y Barbate, apoyados por un barco de la Cruz Roja y un helicóptero. Entre los 66 rescatados hay cinco mujeres y un menor.
La intensificación de la presión de la inmigración ilegal se relaciona con las negociaciones pesqueras que en estos momentos están a punto de iniciar Marruecos y la Unión Europea. Expertos en contacto con la zona saben que es una práctica frecuente de las autoridades marroquíes en momentos similares, cuando para presionar en favor de sus intereses relajan la vigilancia en las fronteras y permiten la salida de las lanchas neumáticas de sus costas, así como los saltos a las vallas de Ceuta y Melilla. No se descarta que haya influido la declaración del presidente Griñán el sábado en Málaga, que dijo que «si Marruecos quiere que esas aguas sean suyas para la pesca también deben serlo para socorrer a las víctimas y evitar tragedias». Al otro lado del Estrecho se hila muy fino con estas cosas.
No obstante, fuentes de las Fuerzas de Seguridad creen que se trata de un «efecto llamada» que se debe a la existencia en Marruecos de una bolsa de más de mil subsaharianos esperando para saltar a España y que se encuentran ahora con la última oportunidad de hacer el viaje antes de que empiece el mal tiempo. De hecho, para la noche pasada se había activado alerta amarilla de temporal.
Con todo, se han dispuesto medios navales en la zona para evitar que continúe la escalada de pateras en los próximos días, con el temor de que no se trate de una afluencia temporal, sino que estemos ante una nueva avalancha de inmigración ilegal, como hace una década.
No se descarta que entre las tácticas de las mafias que controlan el tráfico de seres humanos entre Marruecos y España esté también propiciar la salida en cadena de muchas embarcaciones a la vez, para intentar distraer la atención del SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior) que tiene controlada toda la costa andaluza, e intentar que toquen tierra y logren escapar de la Guardia Civil española.
En estos medios se afirma que el precio de los viajes ha bajado, como también lo ha hecho el número de pasajeros de las embarcaciones y la envergadura de éstas. El viaje se hace ahora, en general, a bordo de 'toys', lanchas neumáticas de juguete, de pequeña capacidad, que llegan con entre cinco y nueve personas. Algunas de estas zódiacs salen de los alrededores de Tánger, pero muchas otras son lanzadas al mar por barcos-nodriza en las inmediaciones de la costa.
De hecho, casi todos los inmigrantes que han llegado en las últimas horas a Tarifa se encontraban en buen estado de salud.
El Ministerio del Interior atribuyó la mayor afluencia de pateras a los últimos coletazos del tráfico ilegal de personas por la zona antes de la llegada del mal tiempo y aseguró que los vuelos de repatriación de inmigrantes se siguen realizando como siempre. El departamento negó que éstos se hayan suspendido por la crisis, lo que habría servido también de atracción para quienes se atreven a cruzar a España, en la idea de que no serán devueltos.
Por otra parte, los supervivientes de la patera naufragada el jueves en el Mar de Alborán han sido trasladados a los centros de inmigrantes de Algeciras y Tarifa, salvo un menor que ha quedado custodiado por la Junta de Andalucía. La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha reclamado al Gobierno les permita la estancia legal en España «por razones humanitarias».

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