sábado, 5 de enero de 2013

El convento franciscano acoge a cuatro mujeres inmigrantes sin recursos


Después de más de tres años de abandono, la vida regresa al antiguo convento franciscano de Mondragón. Cuatro mujeres sin recursos, una de ellas acompañada de su hijo de 20 años, son las nuevas inquilinas de la vivienda que los últimos frailes de San Francisco desalojaron en otoño de 2009. La espaciosa vivienda contigua a la iglesia de San Francisco, propiedad de la citada orden religiosa, dispone de cuatro habitaciones, cocina y un amplio comedor. En ella residirán durante al menos los próximos seis meses las cuatro mujeres inmigrantes sudamericanas a quienes Cáritas ha proporcionado alojamiento en el antiguo convento.
La gestión de la vivienda ha recaído en manos de Cáritas Parroquial después de que los propios franciscanos se brindaran a ceder su uso a la parroquia para fines sociales.
El entendimiento entre la propiedad (orden franciscana) y la parroquia de San Juan es total, pero como advertía el párroco Horacio Argarate, «aún falta por oficializar la cesión de uso la casa mediante la firma del correspondiente convenio». Por ello, en breve el párroco de San Juan Bautista y el provincial de los franciscanos se darán cita en Arantzazu para rubricar el acuerdo.
Pero las emergencias sociales no entienden los sellos oficiales. Y Cáritas Parroquial no ha esperado a la firma del mencionado convenio para proporcionar alojamiento a cuatro mujeres en dificultades.
Sor Pilar Garitano, religiosa mercedaria y voluntaria de Cáritas, es la encargada gestionar esta vivienda donde desde el pasado miércoles residen estas cuatro mujeres inmigrantes que trabajan en el servicio doméstico. Todas ellas tienen en la actualidad trabajo gracias a la intermediación de Cáritas, cuyos voluntarios ofician desde hace tiempo como una 'agencia' de colocación de empleadas del hogar. Familias mondragoneses que precisan una asistenta y mujeres inmigrantes en busca de empleo acuden por igual a los servicios de Cáritas.
Es el caso de las cuatro mujeres alojadas desde esta semana en el antiguo convento franciscano. «Tienen trabajo pero sus recursos económicos son muy precarios» precisaba sor Pilar. Por ello, «y porque las 4 son amigas y pueden llevarse bien», Cáritas les ha dado alojamiento en esta vivienda donde «cada una tiene su habitación pero han de compartir cocina y comedor».
Aunque en la actualidad la casa se halla habitada por 5 ocupantes -cuatro mujeres más el hijo de una de ellas-, la antigua vivienda de los franciscanos puede albergar hasta 8 ocupantes, dos por habitación. Este es el número total de plazas con que Cáritas cuenta en esta vivienda.
Además de las de San Francisco, Cáritas gestiona otras 5 plazas de alojamiento en un vivienda que posee en el barrio de Gesalibar, y que en la actualidad están ocupadas por una familia sin recursos. Asimismo, Cáritas Parroquial dispone de dos pisos con capacidad para 4 inquilinos cada uno en la casa cural de la calle Iturriotz. También estas plazas se hallan ocupadas por dos matrimonios con hijos.
fuentes http://www.diariovasco.com

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