domingo, 3 de marzo de 2013

EIDER MUNIATEGI, SOCIÓLOGA EXPERTA EN INTEGRACIÓ "Algunos padres no quieren inmigrantes en las aulas pero sí como cuidadores"


BILBAO. Cum laude por unanimidad y con una mención de doctorado europeo, Eider Muniategi (Bilbao, 1980) acaba de defender su tesis La integración de los hijos e hijas de inmigrantes en Bilbao. Escuela e identidad, un interesante estudio sobre los hijos de inmigrantes, que viene a cubrir un vacío en la investigación en nuestros lares de ese mundo tan movible. De hecho, a esta socióloga le sedujo "el cambio social producido a nivel de composición etnocultural, y cómo se va a gestionar", lo que la llevó incluso a Canadá y California a documentarse sobre el tema, así como a llevar a cabo 372 encuestas de 100 preguntas cada una.
Con larga experiencia docente e investigadora en la Universidad de Deusto y próximamente en la Universidad Loyola-Andalucía, la inquieta Eider se centró en este objeto de estudio, tras su máster Migraciones y conflictos en la sociedad global, al observar las reacciones del irónicamente hijo de inmigrantes Nicolas Sarkozy ante los altercados de finales de 2005 en París. El mediático mandatario habló entonces de "limpiar los suburbios (de chusma) a manguerazos" y la confrontación con las nuevas generaciones de inmigrantes resultó mayor. "Me pregunté por cómo se estaba desarrollando la integración de los hijos de inmigrantes en sociedades como la bilbaina y creí que su estudio contribuiría a que lo sucedido en Francia no se diese en nuestros contextos", narra la investigadora, amiga de "conocer por qué las cosas son así, para intentar cambiarlas".
En este sentido, su tesis está llena de conclusiones con una invitación a mejorar la sociedad "de acogida". En el caso de la bilbaina, "a veces contradictoria, con algunos padres autóctonos que no quieren que sus hijos vayan a clase con hijos de inmigrantes, e incluso los sacan del colegio, pero luego escogen personas de Latinoamérica para cuidar a sus niños y a sus mayores. Y no les importa que sus hijos diganpermiso o mamaíta. Como sociedad resultamos bastante hipócritas", estima.
MÓVILES Y ESTUDIOSOS Eider recuerda la diversidad y tolerancia de Canadá, pero también que allí "yo era la exótica, la diferente". Con esa experiencia en primera persona "en un país más rico", le resultó atractivo abordar el aspecto sociológico del extranjero, así como el aprovechamiento o no de "la calidad de la enseñanza" derivada de la diversidad. Por ejemplo, le interesa el aspecto de la salud que impartió en la Deusto Business School, con ese "síndrome de Ulises, de deriva de algunas personas que migran". Además, como resalta en su tesis, "las minorías te ponen el espejo", y "nos ponen en el reto de ganarnos el apelativo de sociedad de acogida", desafía.
En esta línea, una de las realidades que detectó Eider en su labor de campo es que los hijos de inmigrantes son más abiertos que los menores locales. Así, es más fácil para ellos tener "amigos de diferentes orígenes, valorando más la pluralidad que los locales, que parecen menos dispuestos a mezclarse", relata. Y la llamada generación 2, o los nacidos en el país de destino, también muestra una mayor apertura a estudiar o trabajar en un tercer país, que suelen ser preferentemente Estados Unidos y Japón, aunque en su mayoría se declaran "contentos" con su vida aquí y se sienten "cómodos" en su bilingüismo, llegando en ocasiones a hablar un tercer y cuarto idioma. Y esta generación sería la que "no presenta problemas en integrar varias identidades", describe la experta. Ahí es donde nos encontramos con la niña euskaldunizada que va a rezar a la mezquita con su padre argelino, por ejemplo.
Asimismo, la socióloga pone de manifiesto que en la Comunidad Autónoma Vasca "se constata una clara segregación interescolar en función de la titularidad del centro y el modelo lingüístico", de modo que el alumnado inmigrante tiende a concentrarse en el modelo A de la red pública, "donde casi la mitad de los escolares son de origen inmigrante, lo que podría interpretarse como una desigual distribución de las oportunidades educativas". "La matriculación en los modelos B y D será lo más deseable para hijos de inmigrantes y el alumnado en general, ya que con el dominio de los dos idiomas oficiales de la CAV aumentarán sus oportunidades laborales".
Muniategi señala la posibilidad "segregadora" de las clases de apoyo, tan usadas por chavales de orígenes diversos, y el "peligro de estigmatización" de la conciencia multicultural. Así, distingue que hay que "evitar las generalizaciones excesivas", con una conclusión curiosa: la generación 1.5 (la que llegó con menos de 6 años) y la 2 superan en resultados escolares a la generación 1 (la que arribó tras los 6 años).
Por ello, cree que "la figura convencional del alumno inmigrante desaventajado y condenado al fracaso debe ser urgentemente revisada". Y añade que "si bien muchos padres inmigrantes presentan niveles de formación más bajos que los autóctonos, es mayor la proporción de hijos de inmigrantes que obtiene resultados y rendimientos escolares muy altos o altos en comparación de los autóctonos". Por último, y no por ello menos interesante, detectó que los resultados académicos altos y muy altos en hijos de inmigrantes no responden a las expectativas de sus familias, al contrario que en los alumnos autóctonos.
Así, invita a que la sociedad les posibilite "que decidan sus propias auto-adscripciones", "que, como Obama, Dati o Sarkozy lleguen adonde quieran llegar, sin limitarles". Ahora habrá que estudiar la educación terciaria y su inserción laboral.
fuentes http://www.deia.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario