La violencia de género es una lacra que hay que desterrar, pero hay muchas personas que, además, tratan de sacar provecho de esta realidad. Es el caso de una organización criminal que actuaba en El Ejido (Almería), que contactaba con mujeres marroquíes sin papeles para ofrecerles la regularización de su situación. Para ello, contactaban con ciudadanos marroquíes con nacionalidad española para pactar un matrimonio –algunos de ellos obligados bajo coacciones y amenazas–, fingir una situación de violencia de género, denunciarla y lograr que la mujer consiguiera un permiso de residencia y una ayuda económica. Después de los trámites administrativos, las supuestas víctimas de maltrato retiraban la denuncia y el expediente del supuesto agresor quedaba limpio. Al final del proceso, las mujeres pagaban una cantidad pactada a la organización, que, a su vez, entregaba entre 2.000 y 4.000 euros al denunciado.
La «operación Pomelo», que ha permitido la detención de 18 personas, se inició el pasado verano, cuando se detectó un extraño repunte de casos de violencia de género entre ciudadanos marroquíes en el Puesto Principal de la Guardia Civil en El Ejido (Almería), en las que había numerosas coincidencias en cuanto a las lesiones y en cuanto al comportamiento de los agresores. El hecho que hizo sospechar a los agentes es que durante los interrogatorios posteriores a las denuncias por maltrato, los cónyuges demostraron que apenas se conocían, con lo que era difícil demostrar que mantenían una relación sentimental.
La organización utilizó a nueve mujeres que llegaron a presentar hasta 14 denuncias falsas por violencia de género, con las que pretendían regularizar su situación y obtener una subvención, que nunca llegaron a cobrar.
La operación finalizó con la detención de los tres organizadores de la trama, además de otros seis varones y de las nueve mujeres que participaron en los hechos. Además se han practicado dos registros domiciliarios, en los que los agentes se incautaron de numerosa documentación. La detención de una de las mujeres implicadas se produjo en el puerto de Almería, desde donde pretendía regresar a Marruecos para evitar ser detenida. A los implicados se les imputan los delitos de denuncia falsa y simulación de delito, amenazas, coacciones, falsedad documental y pertenencia a organización criminal.
La «operación Pomelo», que ha permitido la detención de 18 personas, se inició el pasado verano, cuando se detectó un extraño repunte de casos de violencia de género entre ciudadanos marroquíes en el Puesto Principal de la Guardia Civil en El Ejido (Almería), en las que había numerosas coincidencias en cuanto a las lesiones y en cuanto al comportamiento de los agresores. El hecho que hizo sospechar a los agentes es que durante los interrogatorios posteriores a las denuncias por maltrato, los cónyuges demostraron que apenas se conocían, con lo que era difícil demostrar que mantenían una relación sentimental.
La organización utilizó a nueve mujeres que llegaron a presentar hasta 14 denuncias falsas por violencia de género, con las que pretendían regularizar su situación y obtener una subvención, que nunca llegaron a cobrar.
La operación finalizó con la detención de los tres organizadores de la trama, además de otros seis varones y de las nueve mujeres que participaron en los hechos. Además se han practicado dos registros domiciliarios, en los que los agentes se incautaron de numerosa documentación. La detención de una de las mujeres implicadas se produjo en el puerto de Almería, desde donde pretendía regresar a Marruecos para evitar ser detenida. A los implicados se les imputan los delitos de denuncia falsa y simulación de delito, amenazas, coacciones, falsedad documental y pertenencia a organización criminal.
Fuenteshttp://www.larazon.es
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