martes, 6 de noviembre de 2012

Los inmigrantes resisten al paro antes que volver a sus países


León pierde población, pero los inmigrantes con menos recursos resisten a la situación de paro antes que volver a sus países. Según los datos facilitados por la subdelegación del Gobierno, 28 inmigrantes se han acogido en León en lo que va de año al retorno voluntario, una cifra que se mantiene estable en los últimos tres años pese a la crisis. En el 2010, 37 inmigrantes se acogieron en León a este programa, cifra que bajó a los 32 en el 2011. Los que se van (1.031 personas en los diez primeros meses del año, según el INE) son nacionales o extranjeros que utilizan sus propios recursos para volver. Los más desfavorecidos, los que se han quedado en paro o apenas tienen recursos. resisten el envite de la crisis y prefieren no regresar a sus países de origen «donde la situación económica es aún peor», según explica Ana María Franco, directora Provincial de Inserción Social de Cruz Roja, organización que, junto a la asociación Accem de León, informa y gestiona los regresos voluntarios.
La situación económica provoca incertidumbre entre los 25.000 extranjeros que viven en León. Pero no todos quieren volver. A las oficinas de Accem en León llegan el doble de peticiones de información para el retorno voluntario, de los 26 del 2009 a los 52 en lo que va de año. Son familias de Ecuador y Colombia, principalmente, con edades comprendidas entre los 30 y los 45 años, según Lourdes García, responsable del programa.
Las peticiones
En lo que va de año, 22 inmigrantes han solicitado retornos voluntarios a través de Gruz Roja, pero doce de ellos optaron por no completar los trámites o renunciar al regreso. Ocho están en trámites.
Pero el fondo de auxilio destinado por el Gobierno a Cruz Roja para facilitar el retorno voluntario está seco desde hace meses. «Ahora no hay dinero, la convocatoria salió a principios de año y se agota enseguida, no sabemos lo que pasará el año que viene», asegura Ana María Franco que, sin embargo, insiste en que a pesar de duplicarse las peticiones de información «los inmigrantes renuncian a marcharse porque en sus países van a estar peor». Las ayudas del Gobierno van destinadas a tres perfiles de personas: las que están en situación de especial vulnerabilidad, las que quieren cobrar el paro de una vez generado durante su estancia en España, y las que buscan desarrollar un proyecto empresarial en su país.
Uno de los inmigrantes leoneses que tramita el regreso es Ata Kuma, Agbe, de 40 años, procedente de Togo. Espera la llegada del billete de regreso con su mujer y su hija que le gestiona Accem para volver a África. Su familia vive en Isadome, en Togo, «tenía la idea de traer a mi mujer y mi hija pero no ha conseguido nunca un contrato fijo ni un alquiler para mí solo, que es la condición para el agrupamiento familiar». Ata es sastre, pero tuvo mala suerte. Recaló en España en el año 2008, en plena crisis. Ha trabajado en la construcción. «Intenté trabajar como costurero, pero no lo he conseguido», asegura. Ahora recibe una ayuda de 426 euros, «pero se me acaba en diciembre». «Llevo parado año y medio. Es difícil tomar la decisión de volver porque significa que no has conseguido tu sueño. Mis paisanos están aguantando, todo antes que volver».

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