viernes, 2 de noviembre de 2012

Málaga Acoge mejora el rendimiento de niños inmigrantes con clases de apoyo


Por las mañanas, Málaga Acoge funciona como una oficina, un punto de encuentro en el que inmigrantes acuden a solicitar información, asesoramiento legal, apoyo para una situación familiar difícil o para trazar un itinerario para encontrar un empleo. Por las tardes, sin embargo, la sede de la ONG en la calle Bustamante se transforma en una pequeña escuela con pupitres, libros, carteras, lápices de colores y fichas con tareas.
Una treintena de menores de entre 6 y 16 años reciben de lunes a jueves desde hace tres años clases de refuerzo educativo en la entidad, dentro de un programa financiado por la Fundación Caixa Proinfancia. El objetivo es incidir en los temarios que aprenden por la mañana en colegios e institutos y ayudarles en las materias en las que presentan mayores dificultades. «La mayoría viene con un nivel muy bajo de matemáticas y lengua, que son las bases de todo lo demás, así que encontramos a alumnos de instituto que no saben leer bien y, por tanto, no comprenden el contenido, así que les resulta muy complicado memorizar para un examen», indica Isabel Pineda, educadora que forma parte del proyecto.
Según Pineda, la mayoría de los niños que acuden a refuerzo son hijos de padres marroquíes pero nacidos en España. «No suelen tener problemas con el idioma porque casi todos han nacido aquí y lo entienden y hablan con fluidez», afirma. Los educadores del programa aseguran que no son peores estudiantes por el hecho de ser hijos de inmigrantes, sino más bien por la situación de especial vulnerabilidad que viven sus familias.
Pocos recursos en casa
«En la mayoría de los casos, sus padres no pueden ayudarles en casa con las tareas de clase porque los propios padres no se defienden bien con el idioma, o no tienen estudios; en otros, los niños están solos mientras sus progenitores trabajan, no se les inculcan hábitos de estudio o ni siquiera tienen espacio físico para poder trabajar», añade Pineda.
Los resultados, según aseguran los responsables del programa de apoyo, han empezado a notarse en los resultados de los alumnos en la escuela y en su comportamiento. «Al principio, teníamos que lidiar con ellos para que se sentasen a estudiar, pero ahora vienen a trabajar, se concentran y hacen sus deberes con normalidad; y además, ellos mismos son los que quieren venir, algo que hemos conseguido también con la ayuda de las madres», señala.
En este sentido, Málaga Acoge realiza este año un acercamiento con los 14 colegios en los que están escolarizados los niños con los que intervienen para contactar con sus profesores y conocer si en el aula también se advierte el cambio. «Por lo que nos están diciendo, han notado una evolución positiva», dice. De hecho, algunos de los alumnos más mayores siguen estudiando cuando terminan la educación obligatoria. «No solo se trata de enseñar asignaturas, también les inculcamos la importancia de la formación», añade Pineda.

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