martes, 6 de noviembre de 2012

Una odisea africana

La grave crisis económica que vive el país no disuade a cientos de personas que se juegan la vida cruzando el Estrecho. El drama de la inmigración ilegal ha estado presente en el mes de octubre en la comarca con una intensidad que no se recordaba desde hace una década. Salvamento Marítimo ha rescatado en octubre a 354 personas en más de una treintena de embarcaciones de juguetes y un total de 875 en lo que va de año. 

Voluntarios de Cruz Roja Tarifa se han tenido que multiplicar en las últimas semanas para atender esta avalancha de inmigrantes, todos ellos de origen subsahariano. Las causas de este repunte no están claras. Desde el Gobierno central se justifica con las buenas condiciones climatológicas, mientras que desde Cruz Roja se apunta al gran número de personas del centro o sur de África que esperan en la frontera con Marruecos engañados por las mafias dedicadas a la inmigración ilegal, que no tienen en cuenta el estado del mar. 

El subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, indicó que en esta época del año se produce siempre un repunte y este año igual, si bien indicó que el Gobierno pone todos los medios de los que dispone para la búsqueda de estas personas en el mar. "Los dispositivos son los adecuados, trabajamos muchas horas en el rescate de estas personas porque no podemos dejarlas abandonadas a su suerte en medio del mar", indicó De Torre, quien añadió que el Ejecutivo español trabaja en dos direcciones, en la situación humanitaria y contra las mafias, impidiendo que sigan actuando impunemente por lo que es muy importante continuar en la línea de colaboración con Marruecos. 

Respecto a esta cuestión, Israel Díaz, responsable de Cruz Roja Tarifa, indica que los propios inmigrantes prefieren ser interceptados por las patrulleras de Salvamento Marítimo. "Lo pasan tan mal en Marruecos que prefieren tirarse al agua para que sean rescatados por Salvamento Marítimo y quedarse un tiempo en España", añade. 

Actualmente, estas personas no cruzan en pateras de madera como hace años en las que se hacinaban un gran número de personas, sino que lo hacen en pequeños grupos que viajan en embarcaciones de plástico, hinchables o impulsadas a remo, no aptas para la navegación, pero también más difícil de detectar por las cámaras térmicas del SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior) de la Guardia Civil. "Exponen su vida, casi sin saberlo porque muchos no conocen ni el mar, al ser del interior del continente africano", explica el responsable de Cruz Roja. 

También existe otro detalle con el fenómeno de la inmigración durante este mes de octubre. En la mayoría de los casos, son los propios ocupantes de las balsas los que avisaban a los servicios de emergencia al verse en peligro. Desde sus propios móviles avisan del lugar en el que se encuentran y a partir de ahí, se inicia el operativo de búsqueda por los servicios de emergencia. 

Una vez rescatados, son reconducidos al puerto de Tarifa, donde los voluntarios de Cruz Roja les prestan los primeros auxilios. Lo primero es comprobar las constantes vitales: el pulso y el ritmo cardíaco fundamentalmente. A continuación se les clasifica con un código de colores: verde, cuando el paciente está bien; amarillo, cuando sufre hipotermia -muy común entre los inmigrantes-; y rojo, que requiere una evaluación inmediata y es trasladado a un centro hospitalario. 

La Cruz Roja dispone en Tarifa de 200 voluntarios aproximadamente y junto a ellos hay dos profesionales contratados, una enfermera y un técnico de Salvamento Marítimo. Israel Díaz aclara que a pesar de la avalancha de pateras y las que se prevé que lleguen aún durante este mes de noviembre, la capacidad de asistencia social de los voluntarios no se está resintiendo, si bien teme que existan recortes en los planes de ayuda que se reciben del Gobierno. 

La ropa que se entrega a estas personas es en parte donada por los ciudadanos, pero en su mayoría procede de estos planes de ayuda. Díaz aclara que las asambleas locales de Cruz Roja reciben cada año un número de lotes de mantas, ropa y enseres sanitarios, "pero la cosa no pinta bien por lo que nos han comunicado". 

Una vez concluida la exploración médica, son los agentes de la Policía Nacional, los encargados de custodiar a los inmigrantes y trasladarlos hasta los centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Algeciras y Tarifa, instalaciones que también se han desbordado en los últimos días, según ha denunciado la Unión Federal de la Policía (UFP).

Fuenteshttp://www.diariodesevilla.es

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