Ser inmigrante es un factor de riesgo más ante un diagnóstico tardío del sida, especialmente entre las mujeres. Un estudio epidemiológico realizado por el grupo científico GeSIDA desvela que los inmigrantes subsaharianos menores de 35 años y los latinoamericanos de 50 sufren un mayor retraso en el diagnóstico del VIH que los pacientes españoles, debido a cuestiones de tipo administrativo, cultural o incluso por miedo a reconocer una situación irregular en España o por las dificultades a la hora de acceder a la Sanidad.
El retraso en el diagnóstico se traduce en un empeoramiento de la salud de los enfermos al no acceder a tratamientos de manera precoz, así como un mayor riesgo de propagar la infección en la población. Un problema de salud pública.
"Esta problemática se produce entre los inmigrantes de España, pero también entre los que residen en cualquier otro lugar del mundo", explica Fernando Lozano, el coordinador del Plan Andaluz de VIH y miembro de GeSIDA.
El Hospital Macarena ha participado en este estudio, de ámbito nacional , junto a otros centros de Madrid, Elche, Valencia, Logroño y Pamplona en el que se alude a las barreras de acceso del VIH para la población inmigrante por aspectos legales, lingüísticos, culturales o estructurales. Los recortes en Sanidad establecidos en comunidades autónomas como Madrid, donde se ha retirado la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares incide en este problema de acceso a servicios sanitarios.
En Andalucía, la Consejería de Salud mantiene la asistencia integral a los inmigrantes. "Es necesario por varios motivos; primero, por humanidad; segundo porque a una persona grave siempre hay que atenderla; y tercero, porque limitar la asistencia a esta población puede ocasionar severos problemas de salud pública en la población general", explica el responsable del Plan Andaluz contra el VIH.
FUentes http://www.diariodesevilla.es
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