El grave riesgo que exclusión social de los mal llamados «irregulares» debido a los recortes en Sanidad, la necesidad de mejorar las condiciones de vida en los países de origen de los inmigrantes para lograr «no el derecho a la libre circulación, si no el derecho a quedarse» o las nuevas necesidades de la población migrante en España, muy distinta hoy en día, con la crisis, que en los tiempos de bonanza económica. De estos temas y más se habló en la mesa redonda «Ante la crisis, las ONG proponen», enmarcada en el ciclo «Noviembre por la Integración» organizado por la Asociación Pro Inmigrantes Intervalo.
En el acto, celebrado en la Casa de Cultura de Sama, participaron Eduardo Romero, miembro fundador de Cambalache; Pilar Quintana, responsable de Asturias Acoge y María Luisa Menéndez, voluntaria de Médicos del Mundo. Moderó el redactor de LA NUEVA ESPAÑA, Luis Manuel Díaz. Romero, experto en temas migratorios, expuso que la «hipermovilidad» de los últimos años, en los que en España se pasó de 12 a 20 millones de asalariados (desde 1994 a 2007), responde en buena parte a la necesidad de «tener una mano de obra más barata». Romero expuso que normalmente los desplazamientos migratorios son «forzosos. Por ejemplo, muchos senegaleses eran pescadores que no pudieron seguir con sus actividad por los grandes barcos mandados a sus costas desde Europa, desde España. Pierden su forma de vida y luego llegan aquí jugándose la vida para luego ser explotados». Denunció que las políticas de inmigración, con dispositivos «militares» en las fronteras que cuestan un millón de euros diarios y la creación de centros de internamiento «peores que cárceles» en los países del Magreb «o es un fracaso», porque entraron millones de inmigrantes y sólo se deportaron varios miles, eso sí, en condiciones «lamentables» o su verdadera finalidad es «provocar miedo» tanto en la población local como en la persona que llega al país.
Pilar Quintana puso sobre la mesa las muy distintas necesidades de la comunidad inmigrante hace unos años y ahora. Se ha pasado de dar clases de español y asesoría jurídica para la obtención de los «papeles» a tener que ofrecer hasta comida y ayudar a la compra de medicamentos. La responsable de Asturias Acoge expuso además que «si la gente lo está pasando mal con la crisis, imagínense un inmigrante. Con problemas económicos, sin su familia y perseguidos por tener o no los papeles, excluidos ahora también del sistema sanitario» con los recortes del Gobierno. «Son quienes peor lo están pasando», aseveró Quintana. María Luisa Menéndez explicó que la ayuda de Médicos del Mundo en Asturias se centra cada vez más en el colectivo inmigrante y que, con las reformas en Sanidad el PP «deja fuera de la sanidad pública a miles de personas» que a través de impuestos indirectos como el IVA «también la pagan». Esto además puede traer consigo un aumento de los problemas médicos y la expansión de algunas enfermedades. «Sería más barato tenerlos en el sistema que fuera. Además, de los 500 millones que se dice que se iban a ahorrar con la medida» parece que no se va a llegar ni a la mitad.
En el coloquio posterior a la charla, con varias preguntas, se propuso, como medida para tratar de combatir el actual sistema económico «injusto», la necesidad de apostar por el comercio de cercanía, por los productos hechos respetando los derechos laborales y sociales y reivindicando la importancia de la persona por encima de la economía.
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